Sucede que en estos días de julio del 2010 se está jugando el mundial de fútbol en Sudáfrica. Sucede que la selección mexicana está participando y tiene en sus filas, según los expertos futboleros, a la mejor generación de futbolistas de su historia. Sucede que en su historia mundialista, sobre todo en los previos
Eliminando las causalidades y casualidades futboleras se encontró una constante, una constante de autosabotaje por parte de los mexicanos en ciertos momentos, eso se lo dejaremos a los profesionales del fútbol porque lo interesante en estas letras es la autoconcepción del mexicano como sujeto. Definir la palabra mexicano como tal, a raíz de un simple diccionario o enciclopedia resultaría muy corto, lo mismo pasa con su sucesora, la palabra sujeto. Y lo mismo con la palabra Ser que para poder autodefinir y luego afirmar que “soy mexicano” se necesita de un viaje por la historia de este país y no sólo de la conjugación de un pronombre con un verbo.
El humano se hace con respecto a su cultura, es aquella la que va forjando su inteligencia y aptitudes, aptitudes sociales cabe mencionar. Hablar de un individuo seria hablar desde un punto de vista científico en la categoría de lo biológico donde se habla de un individuo en una especie mientras que el humano, con todas sus interacciones sociales, acopla mejor en la definición de sujeto ya que se es sujeto al ser inscrito en un espacio y lugar simbólico. Y que mejor manera de estar inscrito en un espacio-tiempo que con el nombre, el cual es creado por los padres según su propia visión del mundo.
Un niño recién nacido por el hecho de nacer ya tiene padres, al igual que un lobo nacido en la selva los tiene, lo que podría ser la diferencia mas grande entre estas dos especies, a parte que uno tiene cuatro patas y el otro dos, es que el niño tiene figuras paternas, quienes hacen de él un montón de significados empezando por el nombre. Ese nombre que te ubica en un espacio-tiempo-contexto lleno de humanos y sus interacciones. Y así como un señor adormilado puede ser un don Juan dispuesto a enamorar a la guera del pan como princesa según La Maldita Vecindad y Don Palabras, el niño puede ser un abogado dispuesto a ser presidente de la nación o astronauta o futbolista según la percepción, intención y a condición de los padres, lo cierto es que ese niño recién nacido necesita de varios años de formación, y no precisamente académica, para llegar a ser lo que sus padres quieren para él como individuo en una sociedad: Sujeto.
En el idioma inglés el verbo “to be” tiene dos significados: ser o estar, lo mismo sucede en el español cuando se nos pide definir la palabra Ser. Inmediatamente viene a la cabeza la imagen de uno mismo ubicado en algún lugar, lo cual en este caso seria: estar. ¿Se está donde se es? O ¿Se es donde se está? Definir la palabra Ser resulta un poco mas difícil de entenderse si solo se remonta a un simple diccionario y/o enciclopedia porque ella incumbe ir hacia un viaje introspectivo para poder, tan solo, tener una idea de lo que se es, para así Ser. Y ya entrados en el viaje encontramos la palabra “tener” la cual también implica otra gran decisión porque ¿Qué es lo que se tiene? ¿Lo que se posee? Y si es así ¿en que momento se posee? En que momento “lo que se tiene” se posee? Y si se posee ¿Por qué lo hace? para ser? Entonces ¿Se es lo que se tiene y se está donde se es?
Mientras que en otras culturas como la anglicana predomina un cristo y una virgen Maria el mexicano tiene como elemento religioso superior una ambivalencia con la virgen de Guadalupe y Dios. Siendo ella la que está ahí para nosotros y siendo él, sin una forma física, sino simplemente a imagen y semejanza nuestro. Asi como el sujeto, en general, tiene una ambivalencia entre el padre (el totem) y el tabu (la madre). No hay, por el momento en este autor, una definición especifica de tabu pero si podemos mencionar que se entiende como algo reservado, no accesible a todo mundo y hasta cierto punto prohibido.
Conforme pasa el tiempo y el niño va creciendo, estas dos necesidades: tener y ser, se van acercando en sus interacciones, es decir, se cruzan. Se quiere ser como el padre y se quiere tener a la madre, pero oh! gran problema ¿Cómo se tendrá a la madre si está en “poder” del padre? Es aquí donde Freud bautiza al complejo de Edipo que comúnmente se piensa que es el simple deseo sexual por la madre, siendo que el Edipo es la teoría de las dos grandes prohibiciones sociales sobre las que se sostienen todas las demás. Incesto y Parricidio.
Definimos parricidio como el acto de asesinar a algún familiar, en este caso sería el padre quien está teniendo aquello que el hijo quiere tener, a la madre. En algunas tribus sucede que matan a su figura totémica, que suelen ser animales como camellos, o elementos naturales como el agua, y después le lloran y la comen para así pasar a un estado de alegría, permisión y realización de todo lo que aquel tótem prohibía. Pero también implica una identificación e incorporación de ese tótem ya que durante el acto simulan los sonidos, movimientos y demás actitudes características de este.
En la identificación te apropias del objeto, es decir, lo incorporas a ti mismo. Una vez que lo matas, matas al tirano autoritario que prohibía, y comes, asimilas al que te protegió y cubrió tus necesidades. Incorporas sus propiedades, características, virtudes y hasta los defectos; ya eres como tu padre, ya eres aquel objeto que deseabas, ya incorporaste
Eso en el utópico caso que, socialmente, no hubiera tantos conflictos por asesinar y comerse a su padre, así como si no hubiera tantos conflictos por el hecho de poseer a su madre, y son tan grandes esos conflictos que la simple palabra “incesto” suena igual o más fuerte que la más fuerte de las groserías. Eso produce una división en el sujeto porque desea lo que no puede tener, es decir, por un lado desea y por el otro reprime, es aquí donde hace su entrada a escena el sujeto dividido, objeto de trabajo del psicoanálisis.
En la frase “Yo soy”, “yo” es el saber, la parte conciente que razona y afirma que soy. “soy” por su parte hace referencia al Ser, y definir Ser como ya vimos antes implica todo un proceso por la propia historia, esa historia que pasa y queda registrada en un lugar dentro de la mente llamado inconsciente. Es aquella(s) vocecita(s) dentro de la mente de cada sujeto que le habla indicándole lo que desearía hacer, y es el “yo” el que razona y decide, y a veces reprime, para así, auto ubicarse en un espacio o lugar.
Es este sujeto dividido el que está en constante búsqueda de aquello que no posee, aquello que le falta, y es ahí donde se crea ese vinculo entre un sujeto y otro. En esa división del sujeto encontramos la libido que seria aquella energía, o instinto, con la cual el sujeto actuará en su andar por la vida llena de deseos y represiones, digamos que es quien la que decide si se Desea o se Reprime.
Freud planteó que la identificación es la base libidinal del lazo colectivo, es decir es la que decide que se Desea y que se Reprime en la interacción de un sujeto con el otro y de estos con otros para así encontrar satisfechas mis necesidades en los deseos del otro y satisfacer las necesidades del otro en mis deseos, que casualmente pueden ser las mismas y es donde los grupos adquieren su noción de “tarea” u objetivo o fin común, es decir, es aquello por lo que nos juntamos con los otros.
Hacer grupo, que es la capacidad de “ser con otros” en proyectos compartidos, es expresión del proceso histórico-social. Sucede que nos encontramos con la “tarea” del pueblo mexicano: el quinto partido. Es esa tarea la que nos enviste como mexicanos durante este espacio-tiempo social del mundial. Es esa tarea que no podremos alcanzar mientras siga siendo aquello lo que nos active la libido, aquello que “nos hace estar juntos”.
Pero henos aquí, cada cuatro años desde los últimos cinco mundiales evocando o mejor dicho Deseando ese partido y ahí de aquel que se le ocurra profetizar un logro mas allá de ese quinto partido porque será tachado de soñador o inexperto en el tema. Surge aquí el término Institución que podemos definir como aquella red simbólica socialmente sancionada que tiene un componente funcional y otro imaginario.
Existen instituciones como la iglesia, quien mantiene su parte funcional llevando a la práctica lo que “el imaginario” dicta, manteniendo así sus dos componentes. Existen instituciones como el pueblo mexicano en donde está prohibido ser el victorioso dado que yendo atrás en la historia encontramos a un pueblo derrotado ante el extranjero, y dado que estamos jugando un mundial de fútbol, y
Las casualidades del fútbol propusieron que esta vez fuera Argentina pero el nombre puede cambiar, antes fue Alemania y Bulgaria, entre otros. El significante puede cambiar pero el significado seguirá siendo el mismo. Se es individuo mexicano porque no se es individuo argentino, pero se sigue siendo individuo, el significante es el “como suena” o “como se ve” mientras que el significado es lo que “se es”. Entonces para poder ser un sujeto mexicano se necesita de un sujeto argentino que lo aprecie y viceversa. El sujeto es lo que es, representado por un significante de otro significante.
A través de la identificación de unos sujetos con otros se van entendiendo necesidades, deseos, y demás sentimientos que crean una red de interacciones entre los sujetos que los van haciendo Ser a cada uno y, a su vez, ser parte de esa red, de ese grupo. Esas redes simbólicas son las que van formando patrones de entendimiento para así lograr la convivencia de unos con los otros. La subjetividad.
I am you as you are me as you are he as we are all together como dicen los Beatles. Entiéndanse estas palabras por subjetividad. El sujeto formado por los demás sujetos. El sujeto formado por las interacciones con los otros sujetos a través de los vínculos, son estos vínculos los que nos arrojan una idea mas clara de lo que es la subjetividad porque a través de ellos el grupo de sujetos va conformándose para de ahí pasar a ser una masa o todo un pueblo.
Las redes a través de las cuales se va configurando ese grupo, a raíz de las interacciones entre los sujetos, son las Instituciones. Termina siendo aquella la que Desea y Reprime a/con todo el grupo. Es por ello que los vínculos que los unen, al sujeto y a la institución, sean contradictorios y suceda que se Desee ese quinto partido pero no se pueda alcanzar porque alcanzarlo implica ser victorioso ante el extranjero y ser victorioso ante el extranjero está prohibido por La Institución.
Tal vez la cuestión no es empezar a Desear el quinto o sexto partido sino más bien dejar de tener la "tarea del fútbol" en un lugar tan preciado porque resulta que entonces se vuelve una herramienta de manipulación y resulta que todo mundo está enojado con Aguirre por no sacar al Guille Franco pero nadie dice nada de que las tarifas de telefonía celular sean las más caras del mundo o que de la noche a la mañana un presidente cayó a todo un país con una pandemia basada en menos de mil casos y otro día lo calla a balazos con una "guerra contra el narco".
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